viernes, 12 de marzo de 2010

Resumen charla Adolfo Barrena 6/3/2010
















PARQUES NACIONALES Y SU GESTIÓN
Los parques nacionales, como el de Ordesa, son áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente. Tienen, también, un claro valor en lo que se refiere al patrimonio cultural ya que en ellos se suelen mantener las actividades económicas y productivas tradicionales.

Por todo ello los parques deben contar con una gestión adecuada, que permita conciliar la conservación del espacio natural con el desarrollo socioeconómico de la zona. Es obligatorio que cada parque natural cuente con un PORN (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) que es , en definitiva, un Plan de Uso y Gestión del Espacio que puede llegar a limitar el aprovechamiento de los recursos naturales y prohibiéndose en todo caso los usos y actividades incompatibles con las características de espacio natural protegido que tiene un parque natural.

Cada parque tiene un patronato que es el órgano de participación social. En el Patronato están representados los ayuntamientos de la zona, el gobierno autonómico del que depende y además organizaciones sociales (agrarias, sindicales, empresarios, ecologistas, montañeros, cazadores,….), instituciones de investigación y aquellas otras que puedan ayudar a la conservación y mejora del parque. Una cuestión importante es que este Patronato no es nada más que órgano consultivo y debía ser ejecutivo o, cuando menos, vinculantes sus decisiones.

Ciertamente que una de las funciones de los parques es asegurar la preservación del espacio y sus valores (ambientales, paisajísticos, biodiversidad,…), facilitar el disfrute y conocimiento de la naturaleza y lograr una actitud favorable de la sociedad hacia la naturaleza y el medio ambiente. No vamos a negar que un parque, cuando ya se ha declarado parque natural, introduce cambios en el uso de los recursos naturales porque determinadas actividades deben ser limitadas por su fuerte impacto ambiental pero también, a su vez, facilita que surjan nuevas actividades impulsadas por el desarrollo del parque. Las poblaciones locales se implican directamente en el proceso, en ocasiones con tensiones, y es necesario dar audiencia a todos los intereses.

Sólo han funcionado bien los procesos en los que se ha dado participación, información, asesoramiento científico y trasparencia y se ha llegado a una planificación democrática de decisión de crear un parque natural.

En el caso de la vertiente francesa de los Pirineos las poblaciones locales presionan para que sus municipios sean incluidos en los parques existentes o reivindican la creación de espacios protegidos nuevos. Aquí, en Aragón, siempre se habla y apoya la nieve y las estaciones de esquí pero los datos demuestran que por cada esquiador o esquiadora hay 2,6 visitantes a Ordesa. El turismo que visita Ordesa y las actividades que realiza es menos agresiva desde el punto de vista ambiental, repercute la influencia económica sobre más espacio y, por otra parte, no es estacional como el de la nieve porque visita el parque durante todo el años aunque, como es natural, hay determinadas épocas del año en que la afluencia es más señalada.

Pensamos que no se está consiguiendo poner en valor la oportunidad que significa tener en nuestro territorio el Parque Nacional de Ordesa y se sigue con un modelo de gestión obsoleto.

No tiene un verdadero Plan de Desarrollo Económico del Parque y su Area de influencia dotado económicamente para que los municipios que aportan territorio al espacio protegido tengan posibilidades nuevas de desarrollo con equipamientos, con empleos públicos que prioritariamente estén destinados a la población de la zona (Programas de interpretación de la naturaleza, educación y sensibilización ambiental, tratamiento silvícola, senderismo, cuidado y mantenimiento, cuadrillas, personal investigador, guardería forestal,…), con mecanismos ágiles de compensaciones generosas por los daños causados por la fauna silvestre o por cambio de actividades tradicionales. En definitiva con todas aquellas propuestas que deben ser resultado de una planificación democrática, resultado de un proceso de participación social, del parque y su área de influencia.

No puede olvidarse en ese Plan de Desarrollo el sector agroganadero que debe ser destinatario de programas concretos de modernización, precios garantizados, canales trasparentes y controlados por la administración pública de intermediación, comercialización, creación y promoción de Denominaciones de Origen, calidad y diversificación de sus productos. Deben tenerse en cuenta también la posibilidad de un tratamiento fiscal diferenciado que responda a la realidad socioeconómica de la zona.

Es reseñable la positiva influencia que han tenido en el territorio la gestión adecuada de parques naturales destacando la realizada en el Parque de los Picos de Europa donde la política desarrollada ha conseguido el mantenimiento e incremento de la actividad económica, ha creado empleo autóctono, ha incrementado en un 20 % la afluencia de visitantes y han reintroducido fauna salvaje (especialmente osos y lobos) sin que haya habido ningún problema.

Ciertamente se dieron todos los pasos señalados. Se planificó la actuación con tiempo como para dar detallada información a los ayuntamientos y los habitantes, se planificaron las medidas (por ej. La reintroducción de osos y lobos fue posterior a un sistema de seguros ágil y eficiente, a una dotación de perros guardianes adiestrados entregados a los ganaderos, a una reforestación de plantas de las que se alimentan los osos y a la definición de espacios y lugares donde se ponía alimento a disposición de los lobos).

A modo de conclusión. Es posible conservar un espacio protegido y es absolutamente compatible con el desarrollo de las zonas y territorios en donde está ubicado. Nosotros apostamos decididamente por ello y por eso reclamamos un modelo alternativo al turismo de nieve, por eso pedimos sostenibilidad en vez de desarrollos urbanísticos, por eso pedimos que los recursos que se están dedicando al monocultivo del esquí se reorienten hacia un modelo más social menos especulativo y, sobre todo, más sostenible.

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