martes, 31 de agosto de 2010

Hay un malestar en la comarca

Que somos molestos lo sabemos; para la derecha, por supuesto, pero, por lo visto, también lo somos para algunos que se proclaman progresistas a quienes nuestra presencia en Sobrarbe les está incomodando hasta ponerlos nerviosos. En ámbitos supuestamente democráticos, en alguna entidad cultural, en algunas personas que se consideran con legitimidad para, desde su posición, negar a IU los mismos derechos que ellos tienen, se oye ese “hay un malestar en la comarca”. Uno se pregunta que qué tremendos errores hemos cometido para crear ese malestar, porque de lo único que se nos puede acusar es de ponernos al servicio de la comarca. Ojo: de la comarca, no de quienes la gobiernan; de la gente, no de diputados, alcaldes o concejales. Y el que se nos está apuntando con dedo inquisidor como los provocadores de ese malestar no es algo que nos inventemos: desde diversos ámbitos y distintas personas nos ha llegado la noticia, y no precisamente de boca de gente militante en IU.

Somos los malos de la película, los que hemos aparecido en Sobrarbe no ya para hablar de la timorata Ley de Lenguas, no ya del maltratado, expoliado o desvirtuado patrimonio cultural; no ya de las diversas opciones de desarrollo sostenible de la comarca, no ya de los derechos de los homosexuales y su persecución durante el franquismo, sino que nos hemos organizado en Sobrarbe simplemente –en opinión de esos que hablan del malestar- para arrebatar votos de los partidos que hasta ahora representaban –eso dicen ellos- la ideología progresista. No, no hemos “re-nacido” en Sobrarbe sólo para eso, sino porque creemos sinceramente que la etiqueta de progresista no la puede detentar el PSOE, cuya política social sólo difiere del neoliberalismo más salvaje de Europa en que aquí el gobierno de Zapatero la está aplicando aún con más rigor que la derecha alemana, italiana y francesa. No es nuevo: Felipe González nos metió en la OTAN, se inventó el despido libre, desmanteló el tejido de la industria pesada en España, vendió las empresas públicas rentables…. ¿Nos puede extrañar que ahora sigan apretando el cuello de los trabajadores y de los pequeños empresarios y, sin embargo, no toquen a la banca ni a las grandes multinacionales? Normal, pues, que, para el PSOE, IU suponga un incordio en España, en Aragón y también en Sobrarbe, donde tiene alcaldes que se eternizan en el poder, donde la estructura de partido y de funcionamiento se parece más a la de un cacicato decimonónico que a cualquier forma verdaderamente democrática de hacer política. Quizás alguna autoridad municipal se salve de esa impresión que produce el PSOE sobrarbense, pero será la excepción y veremos si el aparato va a respetarlo.

Pero es que a la otra fuerza que se autoproclama progresista y de izquierda aún le molestamos más, y eso es algo que nos cuesta entender. Desde el primer momento que nos organizamos, las únicas voces que nos han criticado en blogs y páginas de internet son simpatizantes, no sabemos si militantes, de esa fuerza que muy bien no sabemos si está en la izquierda o se limita a plantearse perpetua y exclusivamente signos identitarios. Efectivamente, el malestar que dicen que hay en la comarca son ellos quienes lo difunden en un intento de desacreditarnos. Pues bien, el efecto va ser exactamente el contrario. Temen, y con razón, que si presentamos listas a las elecciones municipales puedan perder algunas parcelas de poder. Es mezquino, pero eso es lo que está creando ese malestar que dicen que impera en Sobrarbe. Les recomendaríamos que se lo tomen con calma, que no se sulfuren y que estudien los resultados de IU y CHA en las elecciones generales y europeas, que lo miren, y verán como en Aínsa, en Boltaña y en otros municipios los superamos ampliamente en votos. Luego llegan las municipales y sacan un concejal con un alto porcentaje de voto “prestado” de IU, de un voto que ahora irá, allí donde nos presentemos, a su sitio natural: una fuerza política que es un referente de ámbito estatal. Ése es el malestar, ése y no otro.

E intentan convencer a la gente de que presentar dos listas a la izquierda del PSOE es abrir las puertas al PP, por la división del voto. Eso no pasa de ser pura y llanamente un chantaje; no dividimos el voto, ya vale de hablar del voto útil: reclamamos el legítimo derecho a que nuestros votantes no tengan que dar el voto, como mal menor, a una fuerza que no representa su ideología. Volvamos a lo mismo: estúdiense los resultados de las elecciones generales, por favor, y dígannos si no hay razones para que las listas de IU estén presentes en la comarca. Aquí nadie es más que nadie, pero tampoco menos, así que no tendrán más remedio que aceptar que IU se presente allí donde considere oportuno. ¿Con qué argumentos nos pueden negar ese derecho? Y si la división del voto hace que el PSOE pierda alguna alcaldía no será responsabilidad de quienes nos presentamos, sino de su propia política.

Y aún más: nos ha llegado la noticia, aunque nos negamos a darle crédito, de que socialistas y nacionalistas van a intentar poner trabas para que IU siga actuando en la comarca como lo ha venido haciendo. No creemos en semejante ruindad, pero si eso fuera así no nos asusta, seguiremos con nuestra agenda de actos. Los hay ya programados para septiembre, octubre y noviembre, aunque eso aumente ese supuesto malestar reinante en la comarca, que no es sino el malestar de quien nos teme como alternativa creíble.

Y en cuanto a las elecciones, tranquilos, falta mucho. Tiempo habrá de hacer planteamientos que sean capaces de aglutinar el voto de izquierda y ojalá que en ese programa de progreso real estén todos los que en Sobrarbe entienden que la política ha de cambiar necesariamente por el bien de la comarca. Al menos, nosotros lo intentaremos trabajando codo con codo con quienes creen que otra forma de hacer política es posible.

Asamblea de IU de Sobrarbe

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